Calle Pablo Ruiz Picasso, Zaragoza
El reto en la reforma de esta cocina consiste en habilitar un espacio para comer cuatro personas, y ampliar superficie de encimera y capacidad de almacenaje, además de renovar y actualizar su aspecto obsoleto.
La cocina original se desarrolla completamente en una única encimera, pero tiene anchura suficiente para duplicarla y fragmentar el programa en dos encimeras, una de ellas para 'agua', y la otra para 'cocinado'.
De esta forma, conseguimos obtener un amplio espacio bajo la ventana para ubicar la zona de comer.
Resolvemos el banco dándole continuidad al mueble de cocina, lo que nos permite suplementar el almecenaje en esta zona.